Quisiera hacer una reflexión. Porque me asusta lo que estoy viendo últimamente en mi despacho en parejas cada vez más jóvenes. En padres con hijos cada vez más jóvenes.
No seré yo quien niegue la violencia de género, porque es una de las realidades más reales de nuestra sociedad. Personalmente me parece la TAREA, con mayúsculas, pendiente de esta sociedad. La tarea pendiente de las Administraciones Públicas.
Pero lo cierto es que en los últimos meses estoy siendo testigo directo a través de mis Clientes de la lacra de la violencia intrafamiliar que existe en nuestro país.
En los últimos meses han llegado a mi despacho personas, hombres y mujeres, muy jóvenes, que han venido sufriendo violencia física y psicológica por parte de sus parejas o ex parejas. Pero no sólo de sus parejas sino también por parte de sus padres, de sus hijos.
Insisto en que no voy a negar la violencia de género porque me considero una firme defensora de la violencia cero contra las mujeres por el mero hecho de ser mujeres. Pero me está sorprendiendo el aumento de casos de violencia por parte de otros miembros de la familia no sólo a mujeres sino también a hombres. Ya sea en pareja o en relaciones paternofiliales.
Desde chicas de poco más de 20 años que han sufrido violencia física y emocional por parte de sus parejas. Y que no siempre han sido conscientes de ello hasta que lo dicen en voz alta.
A esas mismas chicas cuyos padres se posicionan del lado de esas parejas “para no tener problemas”. ¿Acaso no puede considerarse violencia intrafamiliar posicionarse del lado del agresor?
O esas chicas que sufren las represalias de sus ex parejas por haber rehecho su vida. Represalias que en ocasiones se traducen en la privación de ver a sus hijos.
O esos chicos que están obligados a soportar vejaciones, insultos y amenazas de su ex parejas femeninas por “no entrar al trapo” y arriesgarse a una denuncia.
O esos padres y madres que sufren el maltrato continuado de sus hijos. Y todo por no darles todos sus caprichos o por no poder salirse con la suya.
Como ciudadana estoy francamente preocupada. No sé qué mundo les espera a los niños que empiezan ahora sus vidas.
Como Abogada de Familia me estoy ocupando de hacer todo lo que esté en mi mano por ayudar a esas personas que sufren la lacra de la violencia intrafamiliar desde los procedimientos de familia.
Si eres testigo de esa lacra, no dudes en contactar con un profesional psicólogo que te facilite herramientas para salir de esa relación. Y si lo que necesitas es asesoramiento jurídico, no dudes en contactar conmigo.
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